Por el Día del Padre me pasé la tarde del domingo haciendo una rica tarta de queso, que a él le encanta y es la excusa perfecta para ponerse manos a la obra.
Ingredientes para 8 porciones:
- 1 paquete de galletas (al gusto, María, Integrales, con canela…)

- Mantequilla
- Canela
- 1 tarina de queso de untar
- 2 bricks de nata líquida
- 3 huevos
- 3 cucharadas de azúcar
- ½ sobre de levadura
- Mermelada de arándanos
Tiempo: 1 hora aprox.
Machacar las galletas (unas 7). Mezclar con mantequilla (1 cucharada grande) y canela al gusto. Pasar todo por la batidora para que no queden grumos hasta que sea una pasta uniforme.
Pasar la mezcla al molde que utilizaremos para que sea la base de galleta. Aquí os aconsejo hacerlo a mano. Esto hay que meterlo al congelador para que coja consistencia no sin antes haber untado de mantequilla las paredes del molde, a mano también, que queda mucho mejor.
Comenzar a precalentar el horno. Mientras, comenzar a mezclar en un recipiente: el queso, la nata, los huevos, azúcar y la levadura. Podéis hartaros a darle vueltas hasta que quede uniforme, o coger el atajo de la batidora una vez más. Os quedará espesa.
Sacar la base del congelador y verter la anterior mezcla. Entonces se introduce en el horno durante 30 minutos a unos 180-200 grados.
Una vez pasado el tiempo, cuando veáis que la superficie está tostada e hinchada, es el momento de pinchar la tarta. Sí, sí, coged una varilla o un cuchillo y pinchad para saber si ya está hecha. Si lo sacáis limpio, es que está lista. También hay que tener en cuenta si el interior aún está demasiado cremoso. En todo caso, podéis dejar la tarta otros 15 minutos haciéndose tranquilamente. Después apagad el horno pero sin retirarla del interior durante el tiempo que queráis, no habrá problema. Para comerla tiene que estar fría, así que tampoco se puede quedar ahí una eternidad.
Para ello, uno se puede poner bucólico y dejar la tarta enfriándose en el alfeizar de la ventana o…en la encimera, yo soy de esas. ¡¡Advertencia!! Mientras este postre esté enfriando no entres en la cocina, huele de fábula y es difícil evitar la tentación de arrancarle un borde “para probar” (sí, lo digo por experiencia). ¡Ah! Que la superficie se deshinche es normal, esto no es un suflé, don’t worry! 😉
Para servirla, podéis cubrirla con mermelada de arándanos, fresas…pero nosotros dejamos que cada cual se sirva lo que quiera. Personalmente me gusta más sin mermelada. ¡Conservadla en el frigorífico!
Con esta tarta os dais un buen capricho o una deliciosa sorpresa a quien queráis.
Un mordisquito de ‘La Glotona’ repostera 🙂
1 comentario
¿Para cuando recetas que no requieran horno? ¡Algunos no tenemos la suerte de tener una cocina del siglo XXI!
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