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No paro de leer por ahí críticas a Halloween. Que si es una americana, que empezamos celebrando esto y acabamos haciendo Acción de Gracias, que así empezó Santa Claus, etc, etc, etc.
Sí, lo que queráis, pero a mí me chifla esta fiesta y cada 31 de octubre me pregunto por qué no tendré 12 años menos para disfrutarlo. ¿La solución? Disfrazarme igualmente y celebrarlo de fiesta. Y desde este año, cocinando algo temático como la tarta de calabaza.
Puede que a muchos no os llame la atención la calabaza, creo que es porque no tenemos costumbre de comerla tanto. Personalmente, a mí me parece que está deliciosa, es sana y distinta. ¡Animaos a probad! Encima la receta es sencillísima.
Dificultad nivel: hace-tiempo-que hago-tartas-y-ya-no-se-me-queman.
Tiempo: 1 hora aprox.
Ingredientes:
- 150 gr. de pasta quebrada o brisa
- 500 gr. de calabaza
- 50 ml. de nata líquida para postres
- 2 huevos
- 120 gr. de azúcar
- 3 clavos (los de metal no, burros)
- Un poquito de vainilla rallada
- Un toque de nuez moscada
- Canela
- Limón
- Mermelada de albaricoque
- Sirope de chocolate
Primero, sacad la pasta quebrada para que se vaya descongelando. La vais a necesitar pronto.
Se pone agua a hervir y en ella se añaden los clavos, la nuez moscada, la canela, la vainilla, la cáscara de limón y 100 gr. de azúcar. Mientras, se pela la calabaza y se trocea. Cuidado porque está bastante dura, no os llevéis un dedo por delante. Añadidla al agua. Os recomiendo hacerlo en la olla exprés porque vais a tardar unos 15 minutos en tenerlo listo. De la forma tradicional os aconsejo paciencia hasta que la calabaza se cueza y quede tan blandita que de miedo sacarla del agua porque se puede romper.
Cuando la pasta quebrada esté lista, forrad con ella un molde. Para que no pegue, poned harina en el fondo o bien usad el papel que viene en el paquete. Horneadlo a 150 grados en el horno durante 10 minutos, hasta que esté dorada.
Con la batidora, trituramos la calabaza (acordaos de quitar el clavo, la vainilla…), con los huevos, la nata y el resto del azúcar. Con la masa anaranjada que va a salir, se rellena el molde con la pasta. Toca hornearlo todo a 200 grados durante 30 minutos.
Dejad enfriar la tarta y pasad a cubrir con la mermelada de albaricoque la superficie al gusto. Así tal cual está lista para comerla, pero como quería darle un toque de Halloween, tuve la brillante idea de decorarla con sirope de chocolate como una calabaza.
Y fue una mala idea. Claro, el sirope se expande sobre la mermelada y da igual el dibujo que hagáis, acabará siendo un manchurrón. Solución: cuando forreis el molde con la pasta quebrada, seguramente os sobren unos pedacitos. Pues bien, darles la forma de unos ojos, una nariz y una sonrisa malvada, hornearlos apartados del resto de la masa para dorarlos y luego pintadlos con el sirope.
Como veis, se hizo lo que se pudo.
El resultado es terroríficamente agradable y lleno de sabor. ¡En dos asaltos desapareció la tarta en mi casa!
Saqué la receta de aquí: http://www.hogarutil.com/cocina/recetas/postres/201108/tarta-calabaza-9752.html
Un mordisquito de La Glotona más malvada.
Y si os ha gustado (o dejado pasmados) votadme el los Premios Bitácora 2012. El botón está arriba a la derecha y os lo agradecería mucho 🙂
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