Los grandes asadores y parrillas de Madrid se me antojan idénticas unas de otras. Desde fuera son el típico restaurante de toda la vida y por dentro no falta algún bicho disecado adornando la pared y los manteles blancos. Por supuesto, me refiero a la típica imagen, por eso me chocó tanto Calle 30. Desde fuera es imposible advertir que guarda en su interior una parrilla increíble y que bordan las carnes en todas sus variantes.
Por recomendación expresa de mi hermano, la familia acabó comiendo aquí un domingo cualquiera que se convirtió en uno sublime gracias a este almuerzo. Como detalle curioso deciros que aquí la carta se presenta dentro de un sobre , para que llamarla “carta” sea aún más cierto que nunca. Tras ponernos de acuerdo comenzó el festín.
Qué comer en Calle 30
Los entrantes abrieron el espectáculo con Pulpo braseado con puré cremoso y ajada gallega (13,75€) . Y con esto ya nos tenían conquistados. Cómo crujía por fuera y qué blandito por dentro. Perfecto. Un sabor espectacular gracias a la brasa y muy bien acompañado con ese puré. Lo pediré sin dudar cuando vuelva.
Pulpo a la brasa. Calle 30, Madrid
Le siguieron las Croquetas de rabo de toro y su jugo (8,75€). Ojo, que lo del jugo se lo toman en serio y lo sirven en un cuenquito. Mojad un poquito y veréis como potencia el sabor de la croqueta. Estaban muy buenas también pero el pulpo ganó.
Croquetas de rabo de toro. Calle 30, Madrid
Y para qué enredarnos más con los entrantes si los principales nos rondaban la cabeza nada más haber visto esas brasas. Sabiendo que ellas estaban ahí, había que darles uso. Por ello, todos nos pedimos algún plato de carne, cosa que rara vez suele pasar.
Mi señor padre se decantó por el Entrecot de buey al carbón (18€) . Pero la cosa fue más allá: el camarero mencionó que tenían una pieza envejecida 30 días y no hubo forma de resistirse a ella. Así que el precio subió un poquito pero nada del otro mundo. La carne: bárbara. Esa grasita recorriendo el lateral, ese colorcito sonrosado al punto, esa sal gordita cubriéndolo…No inundamos el local de babas por poco, y es que todos probamos un pedacito. Acompañado de pimientos, maíz y patata cocida, por cierto.
Entrecot de buey al carbón. Calle 30, Madrid
Mi hermano ya había catado el producto del restaurante y decidió repetir su anterior elección porque fue un 10: Costillas ibéricas a la barbacoa (13,5€). Exacto. Costillas de cerdo, super jugosas. La carne se separaba de los huesos, que quedaban perfectamente limpios sobre el plato sin necesidad de roerlos. Nuevamente se nota el poder de la brasa en la carne y la salsa barbacoa que las baña es un derroche de sabor.
Costillas ibéricas a la barbacoa. Calle 30, Madrid
Mi madre y yo nos quedamos con las hamburguesas, hechas con carne de buey en la parrilla de leña y montadas con pan artesano. Para ella, la Hamburguesa trufada con parmesano, tomate confitado, rúcula y kumato (12,75€) . ¿Os podéis creer que se notaba la trufa con total perfección? No tengo ni idea de cómo lo han conseguido pero chapó. Auténtica y delicosa.
Hamburguesa trufada. Calle 30, Madrid
Para La Glotona, una Hamburguesa tres quesos con cebolla caramelizada, rúcula y tomate raft (12,5€). El queso me pierde, ya lo sabéis, y si le pones una carnaza como esta…¡buf! Si no recuerdo mal llevaba queso de cabra, parmesano y…y…y un tercero que no recuerdo (¡vaya desastre!). Fuera el que fuese, bien puesto que estaba. Para mi, una hamburguesa de lujo. Aunque si queréis saborear la carne al 100%, esta no será la idónea pues con el queso de cabra, se nota menos.
Hamburguesa tres quesos. Calle 30, Madrid
Y de postre, porque conseguimos llegar al postre, compartimos solo 2 elaboraciones: Tarta de zanahora y una copa de helado con mermelada de frutas del bosque . El primero creo poder decir que es casero. Esponjoso, dulce, con un mascarpone idóneo como cobertura y riquísimo.
Postres. Calle 30, Madrid
Tarta de zanahoria. Calle 30, Madrid
Nota: atentos todos que el cubierto se cobra a 1,25€/person a. Es algo que no me gusta, pero cada uno con su negocio hace lo que quiere. Al menos aquí lo pagas muy a gusto.
Sobre el local y la atención
Nada más entrar a la izquierda se encuentran las brasas tras un cristal . Notaréis calorcito y comenzaréis a oler ya cosas muy ricas. El local cuenta con dos plantas, una a pie de calle y otra subterránea, muy diferentes entre sí. La primera es de colores cálidos y alegres, de estilo playero incluso, y la segunda es blanca y negra, con sillas dobles enormes y acolchadas, telas separando los espacios para dejar intimidad…Muy curioso. El servicio, muy atento y cercano.
Dirección
Calle 30 se encuentra en Calle Pez, 30 (metro Noviciado, L2). Abierto: L-S de 13 a 16h y de 20 a 00h. D de 13 a 16h. Tel: 91 531 52 95. WEB .
El número 30 de esta calle es ya una parada obligatoria para mi. Allí os espero.
¡Un mordisquito de La Glotona !
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