Cuando salgo de un restaurante diciendo “quiero escribir la reseña ya mismo” es que la experiencia ha sido perfecta de principio a fin. La Canica me sorprendió tanto, que estaba como loca por publicar este artículo. Y por volver , ya que me quedan platos por probar y se me ocurren muchas ocasiones en las que volver.
La Glotona cenó de lujo en La Canica de Infanta Mercedes (Plaza de Castilla), hermana pequeña del local homónimo situado en Campo de las Naciones. Al llegar, lo primero con lo que vais a alucinar es con la decoración. Luego os cuento más pero ¡es que es precioso!
La carta de La Canica
Lo primero fue elegir el vino, o más bien dejarnos aconsejar. Nuestro camarero nos preguntó sobre nuestros gustos y tomando nota de ellos optó por servirnos una botella de vino blanco Albariño: Marieta (16,5€). ¡Ay, Marieta! Si no fueras una botella (que además dejamos vacía) me casaría contigo. Qué conquista de vino. Allá donde lo haya, lo volveré a pedir.
Y una vez teníamos la bebida, nos sirvieron como aperitivo unos chupitos que contenían la versión mini de uno de los platos de la carta: Burrata con extracto de albahaca y mojo de tomates secos . Nos sorprendió mucho el gran sabor, la cremosidad de la burrata y el equilibrio de todos los elementos. Si el chupito estaba así, el plato debe ser un espectáculo. Me arrepiento de no haberlo pedido, pero es que había que dejar algo de su carta fuera… Ojo, que el pan + este aperitivo son 1,7€. Si no lo queréis, decidlo pero sabed también que el pan gallego que sirven es una maravilla.
Las Canicas del Chef. La Canica
No podíamos ir a La Canica y no pedir Las Canicas del Chef (8,9€) , que es como aquí llaman a las croquetas. Son de rabo de toro con vino de Oporto. Partí la primera por la mitad y las que le siguieron fueron de un bocado a la boca porque eran irresistibles. Suaves pero con la potencia del rabo de toro, además de tener una bechamel lisa, sin un solo trocito. A todo esto, su rebozado es crujiente y perfecto.
Falso Risotto de boletus. La Canica
Seguimos la velada con un Risotto de boletus, parmesano y aceite de oliva virgen (13,9€) . Fijaos bien en que la sección que lo engloba dentro de la carta se llama “Los arroces entre comillas de La Canica”, y es que no usan arroz, sino puntalette , que es una pasta de trigo que le da otra textura al plato. Muy divertido notar como la pasta explota con cada mordida. Sobre la melosidad del risotto, no se le pueden sacar defectos ya que lo bordaron.
Chipirones fritos sobre salmorejo, cebolla caramelizada y emulsión de jengibre y cardamomo. La Canica
Después continuamos con los Chipirones fritos sobre salmorejo, cebolla caramelizada y emulsión de jengibre y cardamomo (14,9€). Con una crujiente fritura, saladita, nada aceitosa ni grasienta, y blanditos por dentro pero sin ser chiclosos (que pasa muchas veces). Increíble que peguen con el salmorejo, que va en la base del plato de forma muy ligera. La emulsión se encuentra dentro de cada chipirón en su justa medida, lo cuál es un detalle genial. Tanto la mezcla de todos los ingredientes es una gozada, igual que tomándolos por separado.
Lomo de vaca gallega. La Canica
Y para cerrar la cena nos sirvieron Lomo de vaca gallega (el precio varía según el peso). ¡Qué maravilla! Pedimos la carne al punto y, aunque la dejaron un poquito menos hecha, me alegro porque era sublime. Esta pieza estuvo envejeciendo 60 días y después la pasaron por las brasas para nosotros, así que imaginad la potencia de su sabor. ¡Por cierto! Sirven la carne acompañada de una guarnición de patatas que os va a dejar locos.
Flan de queso. La Canica
Vino Marieta. La Canica
Soufflé de chocolate. La Canica
Para los postre optamos por el Flan de queso con helado de galleta y crujiente de canela (5,5€) y el Soufflé de chocolatecon helado de violeta (5,5€). El flan fue mi elección, ya que de queso me flipan -así de claro-. Y este dejaba muy claro desde el primer momento que el queso estaba ahí en todo su esplendor. Ojo con el helado de galleta que también se merece un halago. Sobre el Soufflé, para los locos del chocolate es idóneo, yo no me lo hubiera podido acabar. Si lo pedís, sabed que tardan 15 minutos en prepararlo y que os llegará calentito a la mesa, así que no hagáis demasiadas fotos para Instagram o el helado de violeta se os derretirá.
Mojitos y chucherías. La Canica
Cuando pensábamos que ya era la hora de retirarse, nos ofrecieron “los mejores mojitos de Madrid” (8€) . Vamos a ver: no puedes pretender decirme que tienes “el mejor algo de donde sea” y que no lo pida. ¡Es que eso es retarme! Así que tuvimos que pedirlos…¡Y vaya si son los mejores de Madrid! Yo no lo he probado tan rico en ningún restaurante y creo que en ningún local de copas. Hechos con mimo y siguiendo cada paso para lograr tan magnífico trago.
Sobre el local y el trato
Interior de La Canica de Infanta Mercedes
El restaurante es de aires tradicionales: elegante, sofisticado y a la vez moderno. En resumen: es BONITO. Mucho. Encantador. Además, una de sus “paredes” es una cristalera con los marcos rojos que lo hace aún más pasmoso. No, no tiene unas preciosas vistas a un parque, que es lo que le faltaría, pero igualmente es ideal. Imagino que de día debe entrar muchísima luz. Nosotros lo visitamos de noche y desconocemos ese detalle. El servicio fue fantástico. Ya con el acierto del vino por parte del camarero tenían mucho hecho, pero gracias al trato cercano aunque respetuoso, los platos llegando en el momento justo y muchos más detalles, me ganaron.
Dirección y contacto
La Canica se encuentra en Calle Infanta Mercedes, 105 (metro Valdeacederas (L1) o Plaza de Castilla, L1,9 y 10). Abierto L – J de 13 a 1h. y V y S de 13 a 1:30h. D de 13 a 0:30h. Tel: 91 572 00 52 y 91 502 26 70. Web: lacanicamadrid.com
En La Canica el juego es disfrutar de la comida, de la decoración y el ambiente. ¡El mejor juego de todos!
¡Un mordisquito de La Glotona !
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