El titular no es ningún tipo de cebo. Es purita verdad. El pasado mes de mayo tuve la gran, enorme, gigante suerte de poder cenar en la misma noche en 2 restaurantes con 2 estrellas Michelín cada uno: Ramón Freixa y Coque, para ser más exactos.
Por si esto no fuera alucinante, hay un detallito de nada que hace que esto sea aún más fuerte. Y es que no pagué ni un duro. ¡Real! Todo fue gracias a participar en un sorteo. Se llamaba Med Transfers y lo organizaba la ginebra Gin Mare. Cada semana sorteaban esta maravillosa experiencia entre todos los participantes. Y me tocó. Así de sencillo. ¿Que si flipé al enterarme? No os hacéis una idea.
Ha pasado mucho tiempo, sí, pero me apetece muchísimo compartirlo en el blog, cómo lo viví y todo lo que comí y disfrute. ¿Me acompañas a aquella noche?
¡Por cierto! Me robaron el móvil unas semanas después y con él todas mis fotos. He recuperado bastantes gracias a Telegram pero son un poco regulares. También os diré que aquella noche no fui en calidad ni de bloguera, ni periodista, ni nada. Así que sacaba las fotos rápido y a comer. ¡Espero que no os importe! (Y recordad que si me leéis desde un móvil, colocándolo en horizontal las veréis mejor).
Ramón Freixa, elegancia sin límites
Esa tarde de mayo, mi pareja y yo nos pusimos de punta en blanco y llegamos puntuales a la Plaza de Colón, lugar donde la organización de aquella experiencia maravillosa nos había citado. Cuál fue nuestra sorpresa al ver aparecer una furgoneta vintage preciosa con la marca Med Transfers, parar ante nosotros e invitarnos a subir. Gracias a ella, llegamos a Ramón Freixa sin dar ni un paso.
El restaurante Ramón Freixa (del chef Ramón Freixa, por si acaso alguien no lo tenía claro) se encuentra en el Hotel Único. Accedimos desde un precioso patio y es que nada más poner un pie en el interior del restaurante, sabes que estás dentro de un lugar tremendamente especial. Es sobrio pero elegante y muy bonito. Lleno de detalles sencillos que lo visten a la perfección.
Nos hicieron pasar a un reservado y allí disfrutamos de una velada inolvidable. Cada plato llegaba a la mesa perfecto y precioso, de la mano de dos camareros que nos iban explicando lo que teníamos delante con todo lujo de detalles, cómo comerlo y saborearlo aún más.
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Bogavante
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Pan soufflé
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Croquetas
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Venus Mare
Así pudimos deleitarnos con:
- Venus Mare
- Piedra mimética de queso Idiazábal y pistachos tiernos
- Croqueta de calabaza, naranja y azafrán ahumado
- Cruji shiso con mejilones en escabeche
- La cebolla que quería ser atún
- De Madrid al clielo: Cocido 2.0
- Homenaje al Puerto de Santa María
- Pan soufflé con panceta de cerdo y caviar
- Oveo: champiñones, trufa y erizo de mar
- “Debajo de un manto láctico, alcachofas, gelé de ibéricos y sardinas”
- Bogavante del Cantábrico en dos cocciones, el tronco con guisantes y tripas de bacalao y tupinanmbos. La cabeza acariciada en las brasas con alga kombu.
Subrayo los platos que podéis ver en las fotos (arreglaré el tema de las leyendas algún día. Palabrita).
¿Cómo te quedas? Flipamos. La croqueta, bestial; la piedra, una locura; el cocido 2.0 para ponerle un piso. Y así con todos.
Aunque cada plato me sorprendió y fascinó, desde luego lo que me terminó de enamorar fue la presencia del chef Ramón Freixa. ¡Qué sorpresa! Al principio de la noche nos dijeron que no estaba allí, por lo que no le podríamos saludar. ¡Pero logró llegar a tiempo! Estoy segura de que se me iluminó la mirada al verle entrar en la sala. Fue un placer charlar con él, preguntarle por los platos, los maridajes, su trabajo… Fue encantador y tremendamente amable.
Y aquí, terminó nuestra visita a Ramón Freixa para poner rumbo a Coque, donde rematamos la velada.
Coque, tradición y vanguardia de la mano
Tras un nuevo paseo en furgoneta llegamos al restaurante Coque, el restaurante de los hermanos Sandoval con Mario Sandoval a la cabeza. Colorido, divertido, con un puntito canalla y más relajado que el anterior pero igualmente elegante. En su caso, aquí hay una mezcla perfecta y equilibrada entre vanguardia y tradición. Cada plato de los que allí probamos así lo refleja.
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Cochinillo
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Sopa fría de almendras
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Postre en Coque
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Bodega en Coque
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Coctelería
- Sopa fría de almendra con camarones marinados y perlas de Palo Cortado
- Sashimi de ventresca de atún toro con parpatana glaseada y guiso de tamarillo
- Cochinillo lechón lacado con su piel crujiente, al horno de leña y lechuga osmotizada
- Chocolate especiado con helado de lavanda
- Kumquat al Grand Marnier
- Gi fizz de lima y enebro
Mención especial para aquella sopa fría. Impresionante. El sabor es impactante. Si miro la foto y cierro los ojos, lo paladeo de nuevo. Y el cochinillo…. Flipante. Piel crujiente. Carne como la mantequilla. Y un sabor indescriptible.
Y el postre era pura fantasía. Pusieron todos juntos, perfectamente colocados en la mesa para después llenarla de “niebla” gracias al hielo seco, de modo que los postres iban apareciendo poco a poco. Una auténtica pasada.
Al finalizar la cena nos hicieron una pequeña visita por todo el restaurante, su bodega, etc., para terminar en su coctelería tomando un gin tonic de Gin Mare que puso el punto final perfecto a aquella noche increíble.
Aún no me creo que tuviera la suerte de tocarme a mí. Porque no hay muchas personas que puedan decir que han cenado en una misma noche en 2 restaurantes diferentes con 2 estrellas Michelín cada uno.
Espero que hayáis disfrutado de esta lectura. Si este 2020 repiten el sorteo, os lo diré. No dudéis en participar porque toca. ¡Vaya si toca!
Nos leemos pronto. ¡Un mordisquito!
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